La representación de esta serie se basa en la realización de pedestales, donde creo una composición a partir de capiteles y de fustes donde estos irán con diferentes alturas. Mediante los cuales otorgo un ambiente nostálgico a los objetos que serán ubicados encima de los pedestales, objetos que serán reproducidos miméticamente, pero llevándolos a una escala sobredimensionada. Estos serán objetos carentes de valor, donde normalmente reservo la monumentalidad de su significación divina y mundana. El objeto utilizado como soporte es el pedestal el cual sirve de rasamento o columna en memoria, elevando la celebridad a otro objeto o persona, dotándolos así como héroes de algún acontecimiento. Esta serie muestra el objeto como deseo de consumo de la sociedad cubana, en mi teoría de reajustar los objetos según la necesidad, objetos que son antihéroes que si son parte de la realidad, que transitan invisible al ojo poco agudo, pero no al mío que los viste de gala colocándolos en el pilar de mi interés.

Estas piezas son realizadas con un ambiente irónico, sarcástico y serán remendadas de una u otra forma, incluso con disímiles materiales para alargarle y dotarlo de una nueva utilidad a dicho objeto. Las texturas de estos irán enriquecidas con vendas para procurar especie de un embalsamiento y así definir las piezas como objetos de antaño creando así un reciclaje histórico (embalsamar: es el arte de conservar los cuerpos después del fallecimiento, teniendo esto un origen religioso, era preparar al muerto para la vida después de la muerte). Esta representación de vendas aludiendo al embalsamiento es para mostrar el paso inexorable del tiempo y el uso. Nos hace sentir frente de una mágica máquina del tiempo, mostrando el heroico paso por la vida de estos objetos-documentos.