Más figurativo, en Dimas lo conceptual asume el entorno de "lo viejo", y aún más: lo desechable que, en nuestra cotidianidad, deviene salvable en lo reciclado. Así, aparecen: faroles de gas salvados, ventiladores rescatados y llaves de agua reinventadas, "chirimbolos" (el casi neologismo, pleno de simpatía, lo debo al siempre recordado locutor-animador German Pinelli) que, en su nueva vida, resultan salvavidas que, de otro modo, nos harían más difícil la vida diaria.

Dimas (...) comienza ahora (...) a transitar por el camino de las artes plásticas, con una propuesta osada y sugerente que esperemos lo motive para próximas entregas. En este primer intento de asumir la creación pictórica se constata el atrevimiento formal que rompe con esquemas y la defensa a ultranza de sus emociones, que apuntan sobre todo contra las grandes retóricas y las frivolidades.

Dimas se aferra a la figuración. Pero un matiz abstracto resalta desde el fondo de cada lienzo. Aun así, lo más importante para el artista es el objeto que eligió y su reproducción mimética: “Si voy a poner un neumático quiero que la gente vea un neumático”. Cual estructura onírica, su técnica recuerda aquella famosa línea objetiva dentro del surrealismo, donde las representaciones se atan a una figuración casi fotográfica y las relaciones entre ellas rozan a veces el absurdo.